Los coperos y su eterna ilusión de conquistar el continente. Por Federico Villalba

Los Coperos y su eterna ilusión de conquistar el continente

Vuelve la Copa Libertadores. Ingresamos a la etapa de Octavos de Final. Los 16 mejores equipos de Sudamérica pugnarán por quedarse con el trofeo más preciado. Paraguay tiene a dos de sus mejores exponentes históricos (Cerro Porteño y Libertad) en esta instancia. Todo muy bien hasta aquí, pero, ¿Cuál es la realidad de nuestros equipos? Su presente, ¿Es óptimo como para ilusionarnos? Empecemos.
Libertad se encuentra en Buenos Aires aguardando por Boca Juniors. El gumarelo, con Aldo Bobadilla a la cabeza, ganó su grupo y aseguró su clasificación con una fecha de anticipación, situación totalmente opuesta por la que pasó su rival de turno. En ese contexto se da este enfrentamiento, que en cualquier caso, no nos engañemos, tiene a los argentinos como favoritos.
El comienzo de los albinegros en el semestre no ha sido el mejor, y no hablamos sólo de resultados en los primeros partidos. Echar a un DT, después de un partido del torneo local, no es conveniente. Si el trabajo de Bobadilla no convencía, lo hubiesen sacado antes. Ante esta tempranera salida, Eduardo Villalba fue llamado nuevamente como bombero, mientras buscaban a algún estratega. Los partidos pasaron y pese a mostrar muy poco futbolísticamente aún con un gran plantel, el club apostó por Villalba.
Enfrentar a Boca Juniors con un DT interino es prácticamente hipotecar el semestre. Ojalá nos equivoquemos. Traer a jugadores como Pájaro Benítez, Salgueiro y Arévalo Ríos, y conservar la base, entusiasmó a más de uno (independientemente a las edades, siempre consideramos que la Copa se gana con jerarquía). El problema pasa por quien está al frente.
Obviemos lo que pueda hacer o no Villalba, de cuya capacidad y conocimiento del club no dudamos, pero de ahí a hacerse cargo de una responsabilidad tan grande, es otro terreno, los directivos de Libertad dieron uno, dos o tres pasos falsos al arrancar el semestre. Sacar a un DT después de un partido oficial en el semestre no figura en ningún manual de un equipo campeonable y serio (probablemente sí en el de los equipos paraguayos). Por ser Libertad, cuanto menos, sorprende. A esta altura, ya deberían haber nominado a un DT definitivo.
Vamos a lo futbolístico. En cuanto a nombres, no se puede discutir que Libertad posee uno de los mejores planteles de nuestro fútbol. La jerarquía individual lo puede salvar, porque colectivamente, a nivel local, hasta aquí mostró muy poco. Queda la imagen de un lento, sin ideas, y muchas veces conformista en su propuesta (muy extraño en un club que nos acostumbró a lo contrario)
Pasemos a Cerro Porteño. Fase de grupos relativamente tranquila, salvo por aquella goleada recibida vs Gremio que generó ciertos rumores periodísticos, que terminaron siendo sólo eso (vaya a saber uno con qué fines). Tras la clasificación, hubo un desesperado pedido para traer refuerzos. Lo dijimos desde el semestre pasado, a Cerro le alcanzó con lo que tenía, pero las exigencias iban a ser otras a partir de esta ronda.
El “desesperado pedido” partió de los hinchas y se extendió hasta a nivel interno, pero exteriorizándolo a través de los medios, con finas expresiones que daban a entender claramente que Zubeldía necesitaba más. El Mundial pasó y en Cerro, se preocuparon más por las rencillas internas que por traer jugadores que puedan dar otro toque al plantel.
Cerro Porteño trajo un defensor y un delantero, quienes desde el día 1 trabajaron con el resto de los compañeros. Saiz se lesionó y quedará fuera por un tiempo, y Denning es más de lo mismo. El argentino dejó buena impresión vs Talleres, y después perdió el puesto. Las contrataciones de Adalberto Román (no puede jugar Copa) y Conejo Benítez fueron sobre hora, y consideramos, más para dejar un mensaje de que “los refuerzos llegaron”.
Para ordenar las ideas. La dirigencia no hizo su parte. Ante tantas carencias, y refuerzos que no eran los esperados (no nos engañemos), dejaron ir a Alderete, Matías Rojas, Alfio y Teodoro. Eran opciones para Zubeldía. Hoy, Cerro no tiene un plantel numeroso y de buenas a primeras, tampoco se vislumbra uno competitivo como para soñar con la Copa. Es fútbol y ojalá nos equivoquemos.
Por el otro lado, debemos mencionar que independientemente a la Copa, a nivel local, y ya con una pretemporada encima, Zubeldía tampoco mostró nada extraordinario. Muchos partidos ganó por nombre o por ciertas circunstancias que a veces ayudan pero de las que uno no se puede agarrar frecuentemente. Cerro, con o sin jugadores para Copa, debería mostrar una mejor imagen colectiva en todos o casi todos los partidos. Más de seis meses de trabajo, y no se ven mejorías.
Cerremos estas líneas con dos cuestiones. Aquel Libertad vs Cerro Porteño (1 a 1, 3ra fecha del Clausura) fue triste. Ver a los dos equipos que nos representarán en la Libertadores con un nivel tan bajo nos lleva a lo segundo que planteábamos al comienzo de este párrafo. Una vez se le preguntó a un DT de un equipo local, tras un partido empatado aquí y ante la inminencia de la revancha de visitante: ¿Qué argumentos futbolísticos cree que tiene su equipo para conseguir la hazaña jugando allá?. Su respuesta fue: “Tenemos mucha fe”. No sabemos si lo hizo para desviar la atención o porque realmente esa era su realidad.
Es fútbol, todo puede pasar, pero el presente futbolístico para partidos de esta envergadura, a partir de inacciones o malas decisiones dirigenciales, sinceramente, no nos entusiasma mucho. Ojalá, por el bien de nuestro querido fútbol paraguayo, nos equivoquemos…


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